Por Rolando Lazarte
Un día sin teología, son terapia, sin sociología, sin filosofía, sin ideología, sin causas, sin cobranzas, sin exigencias, sin compulsión, sin forzaciones de barra, sin demasiados telefonemas, solo los indispensables, y la alegría de oír un amigo, un amigo nuevo que evoca viejos nuevos amigos.
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