Comienza al día, por Rolando Lazarte
Comienza el día. Es decir, comenzó hace tiempo. Viejos agobios se hacen presentes, y, también, la melodía de la esperanza insinuada en la rutina. Nuevas y viejas tareas abriéndose paso. Rostros amados y el único rostro odiado, temido, repelido. La oración levantándose en medio de la tiniebla. Gestos tiernos como un trino de pájaro que resuena en tu oído. Un documento no hallado. Un viaje que se acerca. Dolor, alegría, eso que es la vida. Comienza el día.
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