El Organismo de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (OOPS) suspendió sus operaciones en la Franja de Gaza luego de que uno de sus convoyes fuera atacado por las fuerzas israelíes, causando la muerte de dos conductores e hiriendo a un tercero, una acción condenada enérgicamente por el Secretario General de la ONU. Leia mais.En un comunicado, Ban Ki-moon, señaló que el incidente se produjo durante las tres horas de suspensión del fuego anunciada por Israel para la entrada y distribución de ayuda al territorio palestino.
“Desde el inicio del conflicto, hace trece días, cuatro empleados locales del OOPS han sido muertos”, recordó Ban.
Agregó que la ONU se mantiene en contacto con las autoridades israelíes para que se investiguen a fondo éste y otros acontecimientos, y para urgirlas a tomar medidas que eviten que vuelvan a ocurrir.
El Secretario General reiteró su llamamiento a un alto el fuego inmediato para facilitar el acceso irrestricto de bienes humanitarios y permitir que los trabajadores asistan a la población necesitada en condiciones de seguridad.
Explicó que el OOPS no puede garantizar la integridad de su personal y consideró inaceptable que haya debido interrumpir sus tareas de asistencia en un momento en que la crisis se agudiza.
La caravana atacada transportaba suministros humanitarios desde el acceso norte y portaba banderas de la ONU, además de que los conductores vestían chalecos que los identificaban como personal de Naciones Unidas.
“Desde el inicio del conflicto, hace trece días, cuatro empleados locales del OOPS han sido muertos”, recordó Ban.
Agregó que la ONU se mantiene en contacto con las autoridades israelíes para que se investiguen a fondo éste y otros acontecimientos, y para urgirlas a tomar medidas que eviten que vuelvan a ocurrir.
El Secretario General reiteró su llamamiento a un alto el fuego inmediato para facilitar el acceso irrestricto de bienes humanitarios y permitir que los trabajadores asistan a la población necesitada en condiciones de seguridad.
Explicó que el OOPS no puede garantizar la integridad de su personal y consideró inaceptable que haya debido interrumpir sus tareas de asistencia en un momento en que la crisis se agudiza.
La caravana atacada transportaba suministros humanitarios desde el acceso norte y portaba banderas de la ONU, además de que los conductores vestían chalecos que los identificaban como personal de Naciones Unidas.
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